Aunque cerca de la sofisticación y lujo de la Costa del Sol, Casares, enclavado en la montaña, sigue guardando la autenticidad de los pueblos blancos andaluces y su enorme atractivo paisajístico. Cuna de Blas Infante, está declarado conjunto Histórico - Artístico.
En la plaza del pueblo todavía es posible tomar tapas en los mesones y bares existentes. Pasear por sus calles y disfrutar de la belleza paisajística.
En la parte alta del pueblo deben visitarse: Las ruinas de su castillo o fortaleza árabe, la Iglesia de la Encarnación del siglo XVI, Ermita de la Vera Cruz, Iglesia conventual de Llano, La fuente de 4 caños de la plaza .
Los romanos descubrieron otro tesoro hace dos milenios: los baños de aguas sulfurosas de La Hedionda. Estos baños fueron remodelados por lo árabes y son recomendables para enfermedades de la piel, entre otros males. Dice la leyenda que en el año 61 A.C., Julio César, de quien se derivaría el nombre de la ciudad, utilizó estos famosos baños, para curarse con sus aguas la enfermedad hepática que padecía.
Cerca del pueblo y a lo largo del término municipal, entre pinos se construyen chalets en atractivas fincas... Algunos parajes naturales como Los Reales (1.440 m) donde comienzan los pinsapos de la Serranía. El conjunto del pueblo de montaña singular y una naturaleza generosa hacen su entorno muy atractivo tanto para la visita como para la residencia.
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